martes, 26 de febrero de 2008

El alquimista de Paulo Coelho

El alquimista relata las aventuras de Santiago, un joven pastor andaluz que un día abandona a su rebaño para ir en busca de una quimera o tesoro.

Santiago había estado hasta los dieciseis años en un seminario porque sus padres querían que él fuese cura, ya que era motivo de orgullo para una simple familia campesina. Estudio latin y teología, pero él desde niño soñaba con conocer el mundo pues para él era más importante que conocer a Dios y los pecados de los hombres.

Cierta tarde fue a visitar a sus padres. Se armó de valor y le dijo a su padre que no quería ser cura, que él quería viajar. Su padre le cóntesto que entre la gente humilde solo los pastores viajaban y él penso que entoces se haría pastor para cumplir su deseo de viajar.

Santiago era tan ingénuo que creía que las ovejas lo entendían y de vez en cuando les leía fragmentos de libros o les hablaba de la soledad de un pastor, aunque él no se sentía solo cuando estaba con sus ovejas.

Santiago vendía la lana de sus ovejas a un comerciante y así fue como conoció a la hija de éste. Desde aquel momento tan sólo esperaba que los días pasasen rápidamente para poder volver a verla. Aunque sabía que no podría verla de nuevo hasta que volviese a esquilar a sus ovejas, cosa que ocurría una vez al año.

Una de las veces que Santiago fue a vender su lana y mientras esperaba a que el comerciante le atendiera se puso hablar con su hija. Ésta era una joven andaluza de cabellos negros y ojos azules. A ella le llamo la atención que él estubiera leyendo ya que pensaba que los pastores no sabían leer y Santiago le explicó porqué había aprendido a leer y a escribir.

En el camino de vuelta, llendo por Tarifa, recordo que allí había una vieja capaz de interpretar los sueños y aquella noche había tenido un sueño repetido. Decidio ir a verla y hablarle de su sueño. En ese sueño él veía como un niño se acercaba y le ofrecía la mano para giarlo hasta las piramides de Egipto. La vieja le dijo que en algún momento y lugar encontraría un tesoro.

Tras hablar con aquella vieja se paró a descansar en una plaza. Fue entonces cuando se le acercó un viejo y antes de que dijese nada el hombre cojió una rama y se puso a escribir en el suelo. Santiago pudo leer el nombre de su padre, el de su madre, la historia de su vida, los juegos de su infancia, las noches frías del seminario, el nombre de la hija del comerciante, que hasta entoces él ignoraba y que era Mercedes, y leyó cosas que jamás le había contado a nadie. ¿Cómo podría saber este hombre todo esto?. El viejo se incorporo diciéndole que al siguiente día a esa misma hora le llevara una décima parte de sus ovejas y a cambio él le enseñaría como conseguir el tesoro escondido.

Santiago comenzó a caminar sin rumbo por la ciudad y llegó hasta el puerto. Allí se quedó pensando que Egipto estaba en Africa y se dijo a si mismo que vendiendo una sola oveja podría cruzar hasta el otro lado del estrecho, pero depués de haber pasado dos años aprendiendo todo sobre el arte del pastoreo (esquilar, cuidar de las ovejas preñadas, protejerlsa de los lobos, conocía todos los campos de Andalucía, etc) no quería abandonarlas. Al final decidió encontrase con el viejo al día siguiente. Llevaba seis ovejas para cambiarlas por la información del sitio donde se encontraba el tesoro y el viejo le dijo que estaba en Egipto cerca de las pirámides.

De este modo Santiago tomó un barco y cuando desembarco se puso a trabajar. Después de algunos meses él se decepcionó y sólo quería guardar dinero para volver a Andalucía con sus ovejas. El mercader de la tienda donde trabajaba le dijo un día que nunca desistiera de sus sueños.

Una de las personas que se cruzaron en su vida durante ese tiempo fue un inglés con el que hizo amistad al compartir la afición de los libros. Los de este hombre hablaban de mercurio, sal, dragones y reyes. Pero Santiago no conseguía entender nada. En uno de los libros descubrió que el texto más importante trataba sobre la alquimia y la piedra filosofal. Éste fue el libro que más le intereso al muchacho. Esa lectura le permitió conocer que los alquimistas entendían cualquier cosa sobre la faz de la Tierra. Este libro, que tanto le gustaba a Santiago, se llamaba "Elixir de la larga vida", que curaba todas las enfermedades y evitaba que los alquimistas envejeciesen.

¿Sería ese el tesoro que Santiago tendría que encontrar?.