martes, 25 de septiembre de 2007

La voz dormida de Dulce Chacon

Esta novela cuenta las vivencias de un grupo de mujeres encarceladas en la prisión Las Ventas de Madrid en tiempos de la Guerra Civil española. Me he sentido conmocionada al leer este libro, por lo que vivieron esas mujeres y sus familiares en esos momentos tan decisivos de España. Por ejemplo, con los problemas que tiene una de esas mujeres, llamada Hortensia, que estando embarazada todo lo que ella tuvo pasar hasta tener a su hija. O como sufre Pepita, hermana de Hortensia, cuando iba a ver a su hermana y ve el dolor de ella y de las demás presas (Elvira, Reme, Tomasa, Sole,"la comadrona", etc).

Pepita, que trabaja en una pensión, estaba muy contenta con su patrona Doña Celia pues se portaba muy bien con ella y le decía con mucha pena que le recordaba a su hija Almudena.

Doña Celia iba todos los días al cementerio y se escondía en un panteón junto con su sobrina Isabel, hasta que dejaban de oír las descargas de los fusilamientos. Cuando se iban los guardias civiles ella y su sobrina salían corriendo y cortaban un trocito de tela a los fusilados para dárselo a los familiares, que esperaban fuera. Así podían reconocerlos y darles sepultura. Doña Celia no pudo hacer lo mismo con su hija, ya que no se enteró del día que la fusilaron.

Otros de los personajes de esta historia son Felipe, marido de Hortensia que estaba furtivo con un grupo que se llamaba el "Partido", y Paulino, hermano de una de las presas compañeras de Hortensia y que también militaba en dicho grupo.

Pepita estaba de luto por sus padres pero quería ir a ver a su hermana sin él porque pensaba que dos años era tiempo suficiente.

Se estaba acercando la Navidad y con los aguinaldos que le dio Doña Celia le compro a su hermana un retal y le hizo un vestido amplio para que lo pudiera llevar y abrigarse lo que le quedaba de embarazo. Era de franela gris con florecitas.

En la puerta de la prisión había una cola mas larga que de costumbre. En ella estaban el padre, el marido y nieto de Reme, al que ella no conoce, y Paulino, que no se imaginaba lo que allí iba a ocurrir ni a quien iba a ver.

Pepita, que fue una de las primeras en la cola, cuando vio a Paulino lo primero que le pregunto fue por su cuñado y él le dijo que estaba detrás. Entonces fue a por él y se lo llevo al principio de la cola. En ese momento se armo un alboroto entre la gente que estaban esperando, pero Pepita se las supo ingeniar y consiguió llevarse a Felipe para adelante.

Hortensia no se encontraba muy bien con su embarazo pero no quería pensar en ello, ahora solo piensa que Felipe puede ir a verla. Su excitación por ver a su hermana y su marido la hace recordar el ultimo beso que tuvo de él en el monte el mismo día en el que a ella la detuvieron.

Después de algunas incidencias en la fila de las presas por las guardianas, se produce un silencio angustioso al mismo tiempo por ver quien había venido a verlas.

Hortensia que iba del brazo de Sole se soltó para agarrarse a la alambrada buscando a Felipe, pero él no se pudo acercar por lo que tuvo ese beso que tanto deseaban.

Bueno, esta novela relata unos sucesos dolorosos, tristes y, a su vez, entrañables. Alguien que tenga mi edad aproximadamente va a recordar algunas cosas que nos han contado nuestros padres, hermanos mayores, o familiares mas cercanos sobre todo lo que se vivió en España.

Doy gracias a Dios de que Ángeles se cruzara en mi camino. Ella, que me prestó este libro, sí pudo vivir algo de lo que paso en ese tiempo.

martes, 4 de septiembre de 2007

Un lugar llamado libertad de Ken Follet

Esta novela esta desarrollada entre las minas de carbón de Escocia y Londres, así como en las plantaciones de América. Principalmente se narra la historia de tres familias, la Malachi McAsh, la Jamilssón y la familia Hallin.

En la familia Malachi, el padre murió joven, de la tos negra del carbón, que mataba a muchos mineros. Éste había sido un hombre inconformista, siempre en desacuerdo con el gobierno, la iglesia o cualquier otra autoridad. La madre murió unas semanas mas tarde de neumonia. Ella era una mujer que antes de casarse había trabajado con lady Hallin y pensaba que el rey lo había nombrado Dios y por eso la gente tenía que obedecerle. A Mack, su hijo, en cambio le gustaba otra teoría que tenián otros filósofos que decián que la autoridad de un gobierno sólo puede ser voluntad del pueblo.

Pocos mineros sabían leer pero la madre de Mack si sabía y él insistió en que les enseñara a él y a su hermana Esther. Ellos eran gemelos y cuando se quedaron huérfanos se fueron a vivir a una finca de una una anciana. Fue así como Mack encontró un collar de hierro que tenía unas letras escrita. Mack lo limpio y lo puso encima de una repisa que había en su dormitorio sin saber lo que aquel collar significaba.

Sir George Jamilssón era propietario de varias tierras y minas de carbón. Tenía dos hijos, Robert y Jay, y estaba casado con la madre de Jay.

En High Glen vivía lady Hallin, viuda y con una hija llamada Lizzie. Cuando enviudo se quedo sin un céntimo, así que tuvo que hipotecar varios pedazos de tierra cada vez mas grandes. En lo único que pensaba era que cuando creciera su hija se casara con Robert que era el futuro heredero de las propiedades de Sir George.

Cuando Jay cumplió veintiún años se dio una fiesta a la cual Lady Hallin y su hija Lizzie fueron invitadas. Esta fue una ocasión para poder hacer ralidad una boda entre Lizzie y Robert, ya que las dos familias estaban interesas en ello. A lady Hallin por mejorar su posisión y a Sir George por incorporar la finca de los Hallin a sus tierras.

Ese mismo día fueron a la iglesia donde el pastor John York dio su sermón basado en torno al tema de la verdad y la justicia. Mack y Esther entrarón en la iglesia ya que también se bautizaba un hijo de su primo y pensó que era el momento de leer la respuesta de Caspar Gordoson, un abogado de Londres, a una carta que él le envió sobre la libertad y la injusticia que había con los mineros y los derechos que ellos deberían de tener. Normalmente cuando llegaba el momento de la ceremonia bautismal al padre del niño se le entregaba el llamado "arles", el tradicional pago de una bolsa de diez libras a cambio de la promesa de que el niño seria de la propiedad de Sir George para trabajar en las minas. Entonces Mack se levanto y dijo que esa ceremonia no tenía validez porque el niño no puede ser comprado y esclavizado. Mack hizo ver a Sir George y al resto de los asistentes que esa ceremonia no tenía fundamento alguno en las leyes inglesas o escocesas. Y que mucho menos una persona está obligada a trabajar por el resto de su vida en una mina al cumplir los ventiun años. Mack, que cumpliría los ventiuno pronto, quería saber si él podría ser libre a partir de entonces.

¿Sera Mack alguna vez libre?..............

Este ha sido mi pequeño comentario este libro pero os aseguro que lo más apasionante y emocionante está en el resto de la novela.